La Iglesia recuerda el día del nacimiento de la Virgen María cada 8 de setiembre. Para conmemorar esta fecha, recordamos las palabras de San Juan Pablo II, el 8 de septiembre de 1980:
"Esta festividad mariana es toda ella una invitación a la alegría, precisamente porque con el nacimiento de María Santísima Dios daba al mundo como la garantía concreta de que la salvación era ya inminente: la humanidad que, desde milenios, en forma más o menos consciente, había esperado algo o alguien que la pudiese liberar del dolor, del mal, de la angustia, de la desesperación, y que dentro del Pueblo elegido había encontrado, especialmente en los Profetas, a los portavoces de la Palabra de Dios, confortante y consoladora, podía mirar finalmente, conmovida y emocionada, a María "Niña", que era el punto de convergencia y de llegada de un conjunto de promesas divinas, que resonaban misteriosamente en el corazón mismo de la historia".
¡María, en este día que festejamos tu nacimiento, ayúdanos a estar siempre cerca de ti y de tu Hijo Jesús!.