Esta semana destacamos el capítulo 5: Combate, Vigilancia y Discernimiento:
"El diablo está presente desde las primeras páginas de las Escrituras. No pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. No bajemos la guardia para acabar más expuestos.
Nuestro camino hacia la santidad es un combate constante para el que tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, etc.
¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es a través del discernimiento.
Necesitamos el silencio de la oración prolongada para percibir mejor el lenguaje de Dios, para interpretar el significado real de las inspiraciones que creamos haber recibido, para calmar nuestra ansiedad y ver el conjunto de nuestra existencia renovada a la luz de Dios.
Pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y alentémonos unos a otros en este intento. Así compartiremos una felicidad que el mundo no nos podrá quitar".