El 10 de agosto, la iglesia celebra la fiesta de San Lorenzo diácono mártir que murió quemado en una hoguera. En su honor se celebra al diácono permanente, un ministro de la Iglesia, que ha recibido la ordenación de las manos de un obispo, para el servicio a la comunidad a través del ministerio de la Palabra, de la liturgia y de la caridad, animando también comunidades cristianas y ámbitos de la vida eclesial como la educación, salud, social, etc.
En este día saludamos especialmente a los diáconos permanentes de nuestra parroquia: Samuel Mujica, José Zenteno y Javier González, agradecemos al buen Dios por su vocación de servicio y oramos por ella.
"Dios y Padre Nuestro,
Fortalece con la gracia del Espíritu Santo a todos los Diáconos de tu Iglesia
para que desempeñen con alegría,
fidelidad y en espíritu de comunión eclesial
su ministerio pastoral,
siguiendo los pasos de tu Hijo Jesucristo,
"que no vino a ser servido, sino a servir y
dar su vida en redención de la humanidad" (Mc. 10, 45).
Te pedimos por las familias de los diáconos casados,
para que sean auténticas "Iglesias domésticas",
según el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret,
y de ella surjan vocaciones sacerdotales y religiosas.
¡Virgen María, Madre de la Iglesia
y Reina de los Apóstoles,
ruega por los ministros del Señor!
¡San Lorenzo, diácono y mártir,
ruega por los diáconos servidores del pueblo de Dios!
Amén.