El año 2017, luego de realizar un curso de ejercicios espirituales ignacianos de la vida cotidiana en la parroquia, un grupo de ejercitantes continuó en contacto y acogieron la posibilidad de conformar la pastoral.
La motivación que los une para dar este paso es ayudar a quien lo necesita. “A todos nos motivó el agradecer tantas bendiciones entregadas y poder retribuir un poco a personas que requieren nuestro apoyo”, comenta María Elena Riera, una de las integrantes de la pastoral social. Pero eso no es todo, “también nos mueve el poder hacer algo por nuestra iglesia”.
“Finalmente somos todos parte de ella y creemos que llegó el momento de que seamos los laicos los que nos pongamos la camiseta de la iglesia católica y hagamos algo por levantarla”, dice María Elena.
¿Cómo sueñan la pastoral social?
Nos mueven dos grandes focos; uno que es mirar hacia dentro de nuestra comunidad y otro hacia afuera, tal como una familia que se preocupa del bienestar de sus integrantes, pero también se ocupa de aquellos necesitados que están al exterior. Cristo no nos quiere encerrados en nosotros mismos. Desde esta perspectiva, nos estamos focalizando en los adultos mayores, tanto los de nuestra comunidad que requieran apoyo y/o compañía, como un grupo de adultos mayores de Renca que conocimos en diciembre durante la entrega de las cenas de Navidad.
¿Qué mensaje les gustaría compartir con la comunidad parroquial?
Nos encantaría que se pudieran unir más personas a trabajar con nosotros en la Pastoral Social y también que se acerquen a nosotros todas aquellas personas de nuestra comunidad que requieran atención y/o ayuda.