Domingo 29 de septiembre
La historia de la Virgen del Carmen, forma parte de la tradición mariana que caracteriza a nuestro país y que fue herencia del pueblo español. La devoción llegó a Chile con los primeros conquistadores españoles en el siglo XVI. La llegada de los monjes Agustinos en 1595 fue clave: ellos dieron a conocer la Virgen del Carmen, fundando además, varios años más tarde, las primeras cofradías. También fue de gran importancia el testimonio de los primeros padres carmelitas en Chile, quienes a fines del siglo XVII construyeron conventos que tuvieron un importante papel en el desarrollo y fortalecimiento de la espiritualidad mariana.
La procesión de la Virgen del Carmen es una de las manifestaciones religiosas más antiguas de la Iglesia Chilena y consiste en que cada último domingo de septiembre, con sol o lluvia; frío o calor, miles de chilenos llegan hasta la Catedral de Santiago a acompañar a la imagen de Virgen del Carmen que sale en andas desde la Parroquia el Sagrario y hace un recorrido por las calles del centro de la capital. De esta manera se representa cómo la Virgen, nuestra Madre, quiere estar presente en la vida de los chilenos y cómo los fieles se lo agradecemos y lo necesitamos.
La imagen que actualmente preside la procesión es la misma que hace más de 100 años y sólo fue sustituida en la festividad del año 2008 debido al atentado incendiario ocurrido el 18 de abril de ese mismo año y que la dañó enormemente. Mientras fue restaurada, se reemplazó por una antigua imagen de la Virgen del Carmen de la Iglesia de los Agustinos.
Fuente: www.virgendelcarmen.cl