En el contexto de unirnos a la oración del Papa en el mes de mayo por nuestros diáconos, entrevistamos a José Zenteno, quien sirve a nuestra parroquia desde el año 1998.
El diaconado permanente para él, es un camino que no ha transitado solo, sino acompañado de su familia, Anita su esposa, sus hijos y nietos. "Es hacer presente en la Iglesia la diaconía de Cristo servidor, que vino a servir y no a ser servido. Es poner a la Iglesia en salida en medio del mundo, especialmente en su preocupación por los más desvalidos, y acompañar a mis hermanos en la búsqueda del Dios del amor y de la vida", expresó.
Fue ordenado diácono hace 44 años por el obispo auxiliar de Santiago, Monseñor Enrique Alvear Urrutia, desde entonces, dice, su vocación de amar y servir con alegría en el diaconado, se ha plasmado través de diversas expresiones de crecimiento y de servicio.
Actualmente sirve a nuestra parroquia como apoyo en lo que se le solicite, dado que por su estado actual de vida y salud no está a cargo de un servicio en específico. Sin embargo, durante años sirvió en distintas áreas, "junto con Anita, mi esposa, estuvimos a cargo del desarrollo de la Pastoral Familiar, formación de monitores y preparación de novios; apoyo a las familias y vida sacramental de la parroquia", nos cuenta José. Pero eso no es todo, porque también iniciaron la celebración del Mes de María Misionero y siguieron animando una comunidad que se formó en el sector Padre Hurtado y Escrivá de Balaguer.
"En el servicio sacramental está siempre mi disponibilidad para bendecir matrimonios, celebrar el Sacramento del Bautismo y acompañar a las familias en sus momentos de duelo, haciendo los responsos y liturgias de exequias de difuntos", nos comparte el diácono.
José concluyó la entrevista diciendo:
"Hoy vivimos un tiempo de crisis de salud, pero también de crisis como humanidad. Esta realidad es la que nos desafía a ser más solidarios y mostrar que es posible la conquista de un estilo de vida más austero, más justo y más fraterno.