Entrevista: Detrás de la Misa online
Entrevistado: Padre Nicolás Achondo, párroco de Parroquia Santa María de Las Condes
¿Cómo ha sido la experiencia de celebrar las Misas sin feligresía?
Ha sido muy duro celebrar las misas sin feligreses. Se es buen pastor cuando hay ovejas, pero cuando no las hay ¿cómo se va a pastorear? Hemos tratado de hacerlo lo mejor posible a través de los medios digitales, pero nunca es lo mismo que presencial.
El Papa nos ha dicho que debemos ser pastores con olor de ovejas, porque si no estamos cercanos a ellas, no podremos conocerlas e impregnarnos de su olor.
El celebrar online la Semana Santa, la Pascua de Resurrección, Pentecostés, las misas de todos los días, ha sido un proceso duro. Es por eso que me he alegrado mucho cuando he podido celebrar con un grupo chico. Durante los momentos que no estuvimos en cuarentena, recibimos de 5 a 10 personas para celebrar la Misa y fue una alegría grande poder hacerlo, me ha hecho valorar aún más la presencia de los fieles.
Cada día celebro pensando que detrás de las cámaras están todos ustedes, el computador me ayuda a mirarme a mí mismo, y así sentir la presencia espiritual que me dan desde sus casas.
Cuéntenos ¿cómo se dio el proceso de la transmisión de Misas online?
Para la semana de San José, por ahí del 19 de marzo, nos dieron la instrucción de no celebrar la misa con público amplio, debían ser máximo 15 personas.
Junto a los diáconos de la parroquia, se tomó la decisión de cerrar el templo que justo coincidió en ese momento con el llamado a la cuarentena. Así al inicio comenzamos a improvisar en el oratorio de mi casa para transmitir misa desde mi teléfono y computador, todo hecho muy rudimentariamente, el audio muy malo y el internet que no llegaba.
Poco a poco fuimos mejorando, comenzando por instalaciones de cables junto a Roberto el sacristán, al final, entre los dos tomamos la decisión por razones prácticas y psicológicas, dejar de transmitir en el oratorio. Prácticas porque todos los días había que armar y desarmar todo. Psicológicas, porque el trasladarme al lugar idóneo para celebrar la Eucaristía -que es el templo- me hizo mucho bien emocionalmente, lo mismo le pasó a Roberto, puesto que fue un cambio positivo de rutina en su trabajo.
Como ustedes pueden ver desde casa, hemos mejorado en todos los aspectos: el audio, las cámaras, avances tecnológicos para poner las lecturas en pantalla, la comunión espiritual, los cantos, entre otros. Un proceso donde, sin duda, hemos aprendido en el camino y lo seguimos haciendo.
¿Qué ha sido lo más complicado de esta experiencia?
Lo más complicado ha sido lo técnico, porque uno va pensando en la celebración de la Misa y en llevar al Señor de la mejor forma posible, pero los inconvenientes técnicos siempre existen, el internet a veces falla, se corta la señal, etc., esto ha provocado que me desconcentre, y a la Santa Misa no se le puede poner pausa. Cuando sucede algún problema, pienso y me preocupo por los que están del otro lado, que quizá no hayan escuchado bien, o que no hayan logrado leer la lectura, o que se pegó un saltó el canto. Sin duda, lo más complejo ha sido mezclar lo técnico con este Misterio, por lo cual les confieso que espiritualmente ha sido un desafío grande, el hecho de conjugar una buena transmisión para los fieles con una bonita celebración como el Señor merece.
El cardenal Sarah, prefecto de la Iglesia para el culto, dijo que el riesgo de las transmisiones online, es que los sacerdotes terminemos más preocupados del rating o del show, que de celebrar el Misterio de Cristo: la Eucaristía. Y coincido plenamente, por lo que pido al Señor que me de siempre la gracia para centrarme en Él.
¿Qué ha sido lo mejor que de este tiempo?
Lo mejor de esta experiencia ha sido darme cuenta de la fe del pueblo de Dios, de todos aquellos que están detrás de la misa online. Darme cuenta con cuanto cariño echan de menos la Eucaristía presencial, el comulgar, los sacramentos en general, y con esto, las expresiones de fe que han transmitido, muchas familias me han enviado fotos presenciando las celebraciones en casa, se reúnen en un lugar específico y han puesto su propio altar, es sin lugar a duda, lo más maravilloso de esta experiencia: Ver y palpar la fe que está puesta en el corazón de las personas.
Además, debo mencionar lo gratamente impresionado que me encuentro con la caridad y sentido de solidaridad de la gente, dado que estamos realizando la colecta de Misa online y la comunidad realmente ha cooperado y ayudado a pesar de no estar juntos físicamente.
Padre, ¿algún mensaje que desee compartir con nosotros?
Mi mensaje final es animar y agradecer.
Animar porque estamos viviendo tiempos difíciles, complicados medicamente. Por lo que los exhorto al autocuidado y el cuidado del otro por amor. Mucha fuerza y fe.
Agradecer siempre, principalmente por toda la solidaridad, tanto material como espiritual, porque sé de mucha gente que nos ha acompañado a través de su oración. Para todos ustedes, mi más profundo y sincero agradecimiento.
Estoy seguro que volveremos a celebrar juntos (físicamente) la Eucaristía, y en torno al Señor, retomaremos con más fuerza el amor hacía Él y hacia nuestros hermanos.
¡Dios los bendiga y Santa María los proteja!
Fotos inferiores: Detrás de cámaras de Misa online