Luego de unas merecidas vacaciones y en este tiempo de Cuaresma, nuestro párroco nos invita a no "bajar los brazos", a vivir con alegría y confianza en Dios:
"Tenemos que estar más dóciles a los cambios de planes y adaptarnos con tranquilidad del alma... yo los motivo a tener más docilidad espiritual, así como la tuvo la Virgen María y los grandes santos de la Iglesia. No podemos tener todo controlado".