El 11 de febrero de 1858, Bernadette de 14 años, salió de su casa junto a sus hermanas para recoger leña en Lourdes, Francia.
Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer.
Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña.
En una de las apariciones, el 25 de marzo, Bernardita le pregunta varias veces: Señora, ¿quiere decirme su nombre? La Virgen sonríe y al fin, ante la continua insistencia de la niña, eleva sus manos y sus ojos hacia el cielo y exclama: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
En 1876, se edificó allí la actual Basílica, uno de los lugares de peregrinación del mundo Católico. Bernadette fue canonizada por el Papa Pío XI el 8 de diciembre de 1933.
De esta manera, Lourdes se convirtió en uno de los lugares de mayor peregrinaje en el mundo, millones de personas acuden cada año y muchísimos enfermos han sido sanados en sus aguas milagrosas.
Fuente. ACI Prensa