Preparémonos para el Tiempo de Cuaresma

Con las recomendaciones de nuestro diácono Samuel

Nuestro querido hermano consagrado nos envió sugerencias para comenzar a vivir este tiempo litúrgico de 40 días, donde se nos invita a hacer un examen de conciencia y limpiar nuestros corazones antes de vivir Semana Santa:

Este miércoles 22 de febrero, vamos a celebrar cenizas y comenzaremos con el tiempo de la cuaresma, los invito a preparar este hermoso tiempo de conversión, reflexionando sobre la Pasión de Cristo, siguiendo los testimonios de dos mujeres santas del Siglo XX.

Santa Teresa de los Andes, nuestra primera Santa Chilena y la primera Carmelita fuera de Europa en conseguir llegar a los altares y Santa María Faustina Kowalska, Santa Polaca que, en las décadas de los años 20 y 30 del Siglo XX, propagó la devoción a la misericordia del Sagrado Corazón de Jesús.

La humildad cristiana es la “imitación interior y espiritual, del gran gesto de Cristo Dios que renunciando a su grandeza y majestad se hace esclavo de sus criaturas”, como lo escribe San Pablo en la carta a los Filipenses, “El cual siendo de condición divina no reivindicó su derecho al ser tratado igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo”, viviendo libremente y por amor su pasión para el perdón de los pecados de quienes por fe, creen que Dios lo resucitó de entre los muertos y vive “hoy” por siempre.

En esta cuaresma, vivamos la imitación de la humildad de Cristo, con nuestra oración y el auxilio de la esclava del Señor, contemplemos la pasión de Cristo en dos aspectos (entre otros):

1.- Primero, comenzar a reconocer “que todo lo bueno que hay en mi alma viene de la gracia de Dios” (N°56 SM Faustina), lo cual lo podemos lograr en darnos cuenta “que la humildad es solamente la verdad” (N°1503 SM Faustina), esa verdad que a veces se nos puede hacer esquiva, lo que nos aleja del Señor que siempre nos espera con Amor.

2.- Santa Teresa de los Andes, en carta dirigida a una de sus hermanas (N° 65), expresa en relación a la Pasión del Señor y el alma de cada criatura, “el mayor sufrimiento, pues es del alma: se ve abandonada a sus fuerzas, separada de Dios a quien tanto amo, y cercada de tentaciones; llena de flaquezas. ¿Cómo será este sufrimiento, que Nuestro Señor, que no se quejó durante toda su pasión, al verse abandonado de Dios lo llamó con gran angustia: "Dios mío, ¿por qué me habéis abandonado?"

Cuando en el huerto se sintió débil al ver lo que iba a sufrir y experimentó en su alma el dolor de la Pasión, dijo: "Si es posible, Padre mío, pase de mí este cáliz; más no se haga mi voluntad, sino la tuya". ¡Cuánto mayor será, pues, para el alma verse sola sin Aquel por quien lo dejó todo! Más Dios le deja sola aparentemente, pues Dios está a su lado invisiblemente con su gracia, y puede sacar de esa prueba mayor humildad al ver qué poco puede por sí misma, y mayor amor al ver que, a pesar de ser miserable, Dios la ha llamado y amado más que a otras criaturas.”.

Hermosamente, Santa Teresa de los Andes, nos testimonia su íntimo sentir, al subir a la cruz de Cristo, con el sufrimiento de su alma al sentirse abandonada y después darse cuenta de que el amor alegre de Dios está siempre presente.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, este breve escrito sólo pretende proponer que preparemos Cuaresma mirando la pasión del Señor y con la gracia de Dios, subir a la cruz de Cristo con nuestras flaquezas y debilidades, los invito a proponerse, a la luz de lo planteado, una intención para esta cuaresma preparando la Semana Santa.

Bendiciones del Señor,

Diácono Samuel Mujica

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EUCARISTÍA MIÉRCOLES DE CENIZA

22 de febrero a las 20:00 hrs.