Los invitamos a recordar a nuestros seres queridos que han partido a la casa del Padre, participando de la misa dedicada a ellos el martes 21 de marzo a las 20:00 horas en la parroquia.
Si tienes algún familiar o amigo que haya fallecido, te esperamos para rezar por ellos, como nos invita nuestro diácono, Samuel Mujica, encargado de la Pastoral del duelo:
"Oremos por la partida de nuestro ser querido y especialmente por aquellos que no han podido encontrar la tranquilidad de espíritu y con la intercesión de la Santísima Virgen María lleguen a encontrar, como los discípulos de Emaús, un significado al dolor sufrido y a luz de la palabra de Dios y de su infinito amor encontrar el sentido del misterio de la muerte en la fe, esperanza y amor en Nuestro Señor Jesucristo".
Sin embargo, no solo rezar por nuestros difuntos puede hacernos interceder por ellos, sino también ofrendarles algo, como nos indica Samuel: "lo puede nombrar y dejar una flor en el altar, un acto de misericordia muy importante para esta persona tan querida que ha partido y necesita de nuestra ofrenda".
Te recordamos que si tienes alguna petición para la Misa, puedes anotarla PINCHANDO AQUÍ.
Sigamos reflexionando sobre el duelo, con las palabras de nuestro diácono:
“Sabemos que la partida de un ser querido es sin lugar a dudas un momento de dolor y de cuestionamiento de nuestra fe, de buscar explicaciones a un porqué que no se puede responder, a revelarse a una realidad y buscar culpables por algo que no comprendemos, nos turbamos y afligimos. Es en estos momentos que necesitamos ser escuchados, sólo escuchados, por nuestro dolor y es también un espacio en nuestra vida para fortalecer nuestra fe en Cristo Jesús que nos promete solo por amor, un lugar hermoso, un lugar de plenitud a su lado por una eternidad.
Por eso, el Señor está presente y camina al lado nuestro, nos escucha y se hace parte de nuestro dolor, sólo nos pide que tengamos confianza en Él y nos dice: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré”.
Nuestros seres queridos siguen estando aquí, en las oraciones y nuestro recuerdo, en un silencio que ya no nos causa pavor, sino esperanza. En un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos, el amor y recuerdo que se fortalece con la fe del reencuentro en la vida eterna; esperanza cristiana.
Bendiciones en Jesús, María y José
Diácono Samuel.
Fuentes: