Ser discípulo de Cristo implica conflictos y sufrimiento, pero también aporta la mayor de las recompensas. De eso tratan las lecturas de hoy.
Una familia sunamita recibe como recompensa de su hospitalidad: un hijo varón. La mayor de las recompensas, dice Pablo, es compartir la vida en plenitud que nos ha dado el Resucitado. Por su parte, el evangelio alude a una recompensa en dos direcciones: una, para los mensajeros del Evangelio; otra, para quienes les acogen por ser discípulos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16a
SALMO RESPONSORIAL 88, 2-3. 16-17. 18-19
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-4. 8-11
EVANGELIO
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 37-42
Escuchemos atentos la Palabra de Dios: