Los cristianos, particular y comunitariamente, hemos de ejercer con claridad la corrección mutua. La comunidad tiene, además, en virtud de la presencia de Cristo en ella, poder para reconciliar a los pecadores y para apartar a los que no quieren conducirse por los caminos del Señor. La Iglesia es lugar de Dios y lo que ella le pide, el Señor se lo concede. “En Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo. Puso en nuestros labios la palabra reconciliación”.
PRIMERA LECTURA
Si tú hablas para advertir al malvado, te pediré cuentas de su sangre.
Lectura de la profecía de Ezequiel 33, 7-9
SALMO RESPONSORIAL 94, 1-2. 6-9
R/. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.
SEGUNDA LECTURA
El amor es la plenitud de la Ley.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 13, 8-10
EVANGELIO
Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 15-20