Peregrinar a Tierra Santa, un camino de conversión
Jueves 19 de Octubre, 2023
Entre las 46 personas que peregrinaron a Tierra Santa entre el 15 y 24 de septiembre, quisimos destacar dos testimonios que reconfortan el corazón: Ximena Silva, feligrés de nuestra parroquia y el hermano Fray Silvio De La Fuente, franciscano que guió a los viajeros y quiso entregarnos un mensaje de esperanza.
Ximena nos explicó que recorrer los lugares donde estuvo Jesús, la Virgen María, San José y los Apóstoles es una experiencia “maravillosa en todo sentido”, es sentir que “fuimos llamados por Dios, para ser personas nuevas después del viaje”, aseguró.
Ella atesora en su corazón la renovación de las promesas bautismales en el Río Jordán, la visita al Santo Sepulcro, el Mar de Galilea, entre otros lugares.
También recuerda con cariño la generosidad y las prédicas de nuestro párroco, el padre Nicolás y las meditaciones de Fray Silvio, “profundas y espirituales”.
De igual forma, Fray Silvio compartió con nosotros que viajar a Tierra Santa “es una bendición” que “fortalece nuestra fe, nos ayuda a entender mejor las Escrituras y nos invita a una conversión más profunda”.
Llegar hasta allá es, “ante todo, un encuentro profundo con las raíces mismas de nuestra fe. Caminar por donde caminó Jesús, orar en los lugares en que Él oró y sentir en nuestro corazón los relatos bíblicos que tantas veces hemos escuchado, cobra un significado especial aquí”.
Al compartir con él nuestra preocupación sobre la escalada de violencia en el territorio, el religioso dijo que la situación actual puede ser “desafiante”, pero “Dios nos llama a ser instrumentos de paz en medio de las adversidades”.
Por eso, “cuando un peregrino decide venir a Tierra Santa, está dando testimonio de una fe inquebrantable y de una esperanza que trasciende los conflictos humanos. Cada peregrino que camina con fe y oración por estas tierras es un espejo que refleja a nuestro Señor Jesucristo”.
En ese sentido, Fray Silvio aconsejó que los futuros peregrinos deben ir con “un corazón abierto y dispuestos a orar no solo por su crecimiento espiritual personal, sino también por la paz y la reconciliación de todos los hijos de Abraham que comparten esta tierra sagrada”.
Sigamos orando, nuestros hermanos nos necesitan.
