“Que Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones”, expresó el Papa Francisco en su mensaje pascual Urbi et Orbi, el domingo 31 de marzo ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.
En su mensaje Urbi et Orbi, leído ante miles de fieles en la plaza de San Pedro, el Santo Padre expresó que: “La Iglesia revive el asombro de las mujeres que fueron al sepulcro al amanecer del primer día de la semana. La tumba de Jesús había sido cerrada con una gran piedra; y así también hoy hay rocas pesadas, demasiado pesadas, que cierran las esperanzas de la humanidad: la roca de la guerra, la roca de las crisis humanitarias, la roca de las violaciones de los derechos humanos, la roca del tráfico de personas, y otras más”.
En su mensaje, el Papa pidió por el fin de los conflictos armados que siguen activos en diferentes partes del mundo, al mismo tiempo, pidió por los rostros más desprotegidos y vulnerados: “Que la luz de la resurrección ilumine nuestras mentes y convierta nuestros corazones, haciéndonos conscientes del valor de toda vida humana, que debe ser acogida, protegida y amada”, finalizó.
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