Tomás Montero, de nuestra Pastoral Juvenil fue uno de los peregrinos presentes en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia. Su experiencia la describe como un tiempo "increíble" en el que tuvo la posibilidad de escuchar al Papa ser testigo de la fe que mueve a miles de jóvenes católicos en el mundo.
"Es muy entretenido ver cómo llega tanta gente a escuchar al Papa y con la alegría particular de cada uno, como por ejemplo los jóvenes del movimiento catecumeno, que estaban ya en ciudades previas a Cracovia estaban cantando y bailando con todo el ánimo, a diferencia del grupo con el que fuí yo que somos más tímidos para esas cosas, pero igualmente un grupo alegre", comenta Tomás.
Sobre el mensaje del Papa a los jóvenes del mundo, nuestro peregrino explica que lo que más le gustó fue el llamado a ser jóvenes que se atreven a vivir la fe siempre. "Encontré muy buenas las analogías para decir que quería jóvenes en acción y no quietos, que debíamos ser como jóvenes con zapatillas para movernos y no como jóvenes sofá. Y una cosa que yo a cada minuto pensaba era que esos jóvenes que estábamos allí éramos solo una muestra de todos los jóvenes católicos del mundo, lo cual es un dato que alegra".