El Sábado Santo, 19 de abril, nos reunimos expectantes en nuestro templo para celebrar la Vigilia Pascual, que nos invita a la Resurrección del Señor.
Todo comenzó en absoluta oscuridad, signo de la espera y el silencio del sepulcro, que pronto fue vencida por la luz del Cirio Pascual, encendido en el fuego nuevo y llevado en procesión al interior del templo.
Las lecturas bíblicas proclamadas recorrieron la historia de la salvación desde la creación del mundo hasta la promesa del Mesías. Cada lectura y salmo, nos anunciaron el gozo de la luz que nunca se apaga: la de Cristo resucitado.
Uno de los momentos más emotivos de la Liturgia Bautismal, fue el Bautismo de Juan Ignacio, Renata Paz y Lorena, de 8, 9 y 40 años respectivamente.
Con la renovación de las promesas bautismales, las letanías a los santos, el agua bendita y la unción del santo crisma estas tres personas, se incorporaron plenamente a la vida de la Iglesia.
El padre Carlos, recordó que esta “noche santa tiene que iluminar y llenar de esperanza nuestra vida”, invitándonos a no vivir con temor a la muerte, sino con la mirada puesta en el cielo.
“Fui creado para la vida y la Resurrección me lo revela”, dijo, al tiempo que nos invitó a descubrir cada día, un signo de la presencia de Dios, un “pedacito de cielo”, en la familia, en la oración o en un gesto de amor recibido.
“Que nunca nos quedemos dormidos sin darle gracias a Dios, que pasa cada día por nuestra vida”, exhortó el padre Carlos, animando también a pedir perdón a Jesucristo cuando le damos la espalda.
La celebración Pascual culminó con un canto y el Regina Coeli, hermosa oración que se dirige a nuestra Madre en este tiempo, reflejo del triunfo de Cristo sobre la muerte.
Revisa a continuación las imágenes de ese día: