En este día recodamos la Transfiguración del Señor con la revelación solemne de Jesús como Hijo, como predilecto y como Maestro y nos muestra la gran meta del cristiano, la Gloria de Dios a la cual estamos también invitados.
Invitemos también a otros a contemplar la gloria de Dios, a ser también partícipes de este hermoso regalo que es la Fe.