La Pastoral Juvenil, una buena noticia para la Parroquia

Se comunican por redes sociales, cada uno de sus encuentros queda inmortalizado en las selfies que suben a su instagram, se auto definen como “intensos” y “jugados”, pero lo más importante es que le tienen mucha fe al proyecto de la Pastoral Juvenil de la parroquia, la que a punta de perseverancia y compromiso han ido formando y haciendo crecer.

Hoy la Pastoral Juvenil luce con dinamismo y con muchas caras nuevas que se han ido sumando al proyecto que hoy coordinan cuatro entusiastas jóvenes: Beatriz Gallo, Gonzalo López, Tomás Montero y Laura Garnham.

En cada encuentro semanal participan cerca de 20 jóvenes y para las misiones se espera llegar a muchos más jóvenes. Ésta es una muy buena noticia no por el número sino porque detrás de esa cifra hay un camino de mucho esfuerzo de los jóvenes y de la parroquia que los ha puesto como prioridad en la comunidad.

“La Pastoral Juvenil está creciendo, con muchas semillas”,  dice Tomás Montero quien lleva un año y medio participando. Llegó cuando estaba en cuarto medio,  gracias a un amigo que lo invitó a misiones. “Fui a Llallauquén y me invitaron a participar, me pareció un proyecto entretenido, desafiante de tratar de hacer crecer la pastoral”.

“La evolución ha sido sorprendente, al principio  eran máximo diez personas las que venían, a veces menos pero la participación aumentaba con las misiones,  tuvimos equipo de jefes que  empezó con su perseverancia a jugársela por cosas,  a motivarse”, dice Beatriz Gallo.

El Padre Nicolás Achondo ha sido testigo de este crecimiento y fortalecimiento de la pastoral y lo explica gracias al lugar que tienen los jóvenes dentro de la parroquia y al compromiso que han demostrado en sacar adelante el proyecto. “Es el fruto de jóvenes que se la jugaron por sacar esto adelante con tiempo, perseverancia, estoy sorprendido de cómo la gracia de Dios está actuando en la parroquia”.

“Nosotros hicimos una opción por tres prioridades en la parroquia y una de ellas fueron los jóvenes y eso implica darles espacio, voz y los adultos se dan cuenta que los jóvenes responden”, expresa el padre Nicolás.

Hoy los ejes que sostienen la pastoral son cuatro: lo espiritual,   con la adoración al Santísimo los primeros viernes de cada mes, la formación a través de distintos temas de interés de los jóvenes, el pilar pastoral con la visita mensual que realizan a la posta central  y el eje comunitario.

 

 

Aprendizajes,  desafíos y sueños

Mirando hacia atrás, Beatriz se siente orgullosa de lo logrado por los jóvenes “no lo puedo creer, yo llegué a la parroquia el 2012 por confirmación que fue un proceso muy bonito, conocí a grandes amigos y algunos siguieron en la pastoral. El comienzo no fue fácil, era pocos los jóvenes que respondían, hasta que dijimos si tenemos el desafío de formar algo, hagámoslo”. Hemos trabajado y rezado mucho, esa ha sido la única manera de salir adelante, si Dios no estuviera detrás de nosotros no hubiéramos hecho nada”.

Los jóvenes también ven en el Padre Nicolás a un gran colaborador “nos ha respaldado en nuestras ideas, nos ha invitado a plantear nuestras ideas en el consejo, nosotros seguimos siendo prioridad en la parroquia”, dice Beatriz.

Para la coordinadora estar en la pastoral ha sido una gran experiencia de crecimiento personal. “Es descansar en Dios, entre todos somos amigos, es saber que tienes un espacio para compartir con gente que está en la misma parada que tú, con las mismas inquietudes, en una buena comunidad, nos escuchamos, apoyamos”,

Para Tomás, la pastoral ha sido atreverse a asumir desafíos nuevos y que lo sigue manteniendo motivado por más “quiero ayudar a la santidad de los que vienen, seguir adelante y buscar gente que se ponga la camiseta,  cada uno ayudando con los talentos que Dios nos da”.

 

Mensaje a los jóvenes

El Padre Nicolás, Beatriz y Tomás motivan a los jóvenes a no cansarse  de buscar a Dios y los invitan a conocer y  participar de la parroquia.

“Yo le diría a los jóvenes que se puede ser un buen cristiano y los jóvenes lo demuestran. El mundo para ellos está muy difícil, es difícil ser consecuente, un joven católico, con ideales porque a veces empiezan a diluirse en la universidad y en la parroquia hay jóvenes con los mismos ideales, valores, es un lugar donde pueden vivir lo que son”.

“Que recen por nosotros y no tengan miedo”, dice Beatriz. Para Tomás “Que se la jueguen”.