En su mensaje en La Moneda el Santo Padre manifestó que todo diálogo comienza por una actitud de escucha hacia el otro, especialmente a los parados, a los pueblos originarios, a los migrantes, a los jóvenes, a los ancianos y a los niños. “Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo y señaló que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas.
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