El Santuario del Padre Hurtado fue el escenario para la última actividad que sostuvo el Papa en Santiago, este martes 16 de enero. En el lugar se reunió con la Comunidad Jesuita en Chile y compartió con los acogidos del Hogar de Cristo y de otras instituciones sociales de nuestro país.
Francisco llegó al Santuario en la comuna de Estación Central en el papamóvil, tras el encuentro de la Catedral. El recorrido que fue seguido con mucha expectación y gran cantidad de público, se realizó por las calles Catedral, Morandé, Alameda hasta la Avenida Padre Hurtado.
En la ocasión el Papa tuvo el tiempo espacio necesario para visitar la tumba de San Alberto Hurtado, y luego se reunió privadamente con los sacerdotes de la Compañía de Jesús.
Después se trasladó hasta la explanada del santuario, donde se encontraba un grupo de beneficiarios de los programas solidarios de la Iglesia, representantes de trabajadores, estudiantes, adultos mayores, personas en situación de calle y migrantes.
En su saludo, el capellán general del Hogar de Cristo, P. Pablo Walker SJ le manifestó: "Querido Papa Francisco, la mesa está servida y le damos con cariño la bienvenida. Hace años lo invitamos a tomar mate con nosotros y hoy llegó ese día (...) Por lo que sabemos, este encuentro es muy importante para usted".
Citando palabras del Papa en encuentros con movimientos populares, el P. Walker presentó a los distintos invitados, "hermanos que por distintas razones hemos ejercitado esa solidaridad del que ha sufrido algún tipo de pobreza o exclusión".
Posteriormente, la voluntaria Liliana López entregó su testimonio:
"Papa Francisco, usted ha dicho que “La solidaridad supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad”.
Para nosotros la solidaridad no sólo es dar algo material a quien más lo necesita, sino que es escuchar y acompañar. Porque, muchas veces, un abrazo es mucho más útil y mucho mejor que dar algo material.
Para nosotros la unión crea comunidad, y esa comunidad unida es capaz de enfrentar cualquier contratiempo que se nos presente.
Si todos nos pensáramos como comunidad sería más fácil vivir. Un ejemplo es lo que hacemos en Puente Alto, desde hace 10 años con un grupo de padres donde nos organizamos para entregar un plato de comida caliente a más de 100 personas que no tienen dónde comer. Es en este lugar donde compartimos y escuchamos al que lo necesita, y de esta forma sabemos lo que le está pasando al otro y solidarizamos con él".
Comer es un milagro
Recordando que en las casas sencillas "comer es un milagro", el capellán solicitó al Papa que bendijera unas sopaipillas preparadas por la Sra. Sonia Castro y su hija Isabel Reinal de la comunidad Jesús Obrero.
El Papa pronunció la oración de bendición: "El Señor bendiga este alimento que estamos compartiendo, que fue hecho por ustedes mismos, bendiga las manos que lo hicieron, las manos que lo reparten y las manos que lo reciben. Bendiga el Señor el corazón de todos nosotros y que este compartir nos enseñe también a compartir el camino, compartir la vida y compartir después el cielo. Amén".
Posteriormente, saludaron al Papa voluntarias del Hogar de Cristo, jóvenes de Valparaíso que buscan regresar al mundo de la educación, personas que buscan reinsertarse en la sociedad más allá de todos los prejuicios, personas con capacidades diferentes, migrantes, personas desempleadas y miembros de comunidades eclesiales de base, adultos mayores y residentes en hospederías, personas que vivieron en situación de calle.
Tras recibir de regalo una Biblia del Pueblo De Dios y bendecir la imagen del Cristo de la Divina Misericordia, todos los asistentes rezaron el PadreNuestro y posteriormente el Pontífice impartió su bendición.
Fraterna reunión con los jesuitas
Al término de la actividad, el superior de la Compañía de Jesús, P. Cristián del Campo SJ, calificó el encuentro privado que el Papa sostuvo con los jesuitas como "una reunión muy fraterna". Relató que hubo preguntas y respuestas, incluido chistes y anécdotas.
Contó que en la oportunidad le regalaron una cruz pectoral que perteneció al padre Hurtado, y una mini-edición de la Historia Domus del año 1960, que es el registro de lo que ocurrió en la Compañía, y donde aparece muchas veces el p. Bergoglio.
Ante reiteradas consultas, Del Campo negó que el tema de los abusos sexuales a menores de edad y la situación del obispo de Osorno haya sido tema en el encuentro.
Francisco nos deja un fuerte llamado
Al revisar su paso por Santiago y el encuentro en el Santuario, Pablo Walker reflexionó: "Así como Caritas, la Compañía de Jesús y todas las organizaciones que trabajamos con los más vulnerables, nos sentimos provocados por las palabras de Francisco. No sabemos lo que tenemos entre manos cuando los más pobres nos confían sus lágrimas y te piden que seas testigo de una dignidad que no se deja cosificar. En ese sentido nos hace un fuerte llamado a la conversión a todas las organizaciones sociales. Nos queda una agenda de conversión pastoral y espiritual, encontrarnos en nuevas mesas técnicas, de políticas públicas, pero con otra actitud hacia nuestro trabajo".
En la explanada del mismo Santuario estaba desplegado el proyecto “Cruces de las Virtudes” desarrollado por la Comisión Visita Papa Francisco, con la colaboración del Canal 13C y el patrocinio de la Fundación Padre Hurtado.
Cada una de las cruces fue pintada por dos artistas: la cruz de la caridad, por Maya de Rodt y Roberto Mamani, boliviano; la Cruz de la Fe, por Jorge Artus y Hernán Valdovinos; y la Cruz de la Esperanza, por Eduardo Rapiman y Gerardo Zenteno. Dichos símbolos visitarán Chile de norte a sur después de ser presentadas al papa Francisco; sus gestores esperan que luego queden como un recuerdo de esta visita papal en cada una de las ciudades por donde él pasó.
La actividad en el lugar tuvo un preámbulo de una animación realizado en el frontis del Santuario, desde las 16:00 horas, con la participación de Américo, Yamna Lobos, Gloria Simonetti, la pastoral haitiana y con la animación de Juan Pablo Queraltó.
Fuente: Prensa CECh - Comunicaciones #FranciscoenChile[b]