Nos acercamos casi al final de la cuaresma. Ha sido un tiempo de silencio interior, de oración, y de invitación a la conversión verdadera, con la mirada puesta en Jesús.
Trae a tu mente este tiempo…entrégale al Señor los frutos de lo vivido, y haz silencio interior a unirnos a toda la Iglesia, a disponernos con gozo a la celebración de la Pascua.